martes, 12 de abril de 2011

EL CONFLICTO CONTADO POR ACADÉMICOS Y ESTUDIANTES

EL DESARROLLO DEL CONFLICTO VISTO POR LOS ACADEMICOS

EL DIÁLOGO TRUNCADO

El 24 de abril los académicos leímos en nuestros correos electrónicos una carta enviada por el mail del centro de alumnos de sociología a los docentes, la que se refería a la modificación que el Profesor Juan Podestá habría realizado al programa de la asignatura metodologías cualitativas II.  Cabe destacar que el estilo en el que estaba redactado el mail fue inapropiado, lo que causó gran conmoción en los académicos. Para discutir la gravedad de las acusaciones en contra del académico, se citó a Consejo de Carrera el día lunes 28 de abril. En el Consejo se trataron las dificultades que se habían presentado en el curso de metodología cualitativa II con el profesor Juan Podestá. Tanto el Jefe de Carrera como este profesor describieron y explicaron los temas tratados con los estudiantes para arreglar la situación. El académico explicó que fue necesario actualizar el programa a fin de impartir contenidos atingentes a esta asignatura y a los vacíos que observó en los estudiantes. La disconformidad de los estudiantes se trasladó a la incoherencia con el perfil de la asignatura contemplada en el Plan de Estudio Vigente (2002). En el Consejo de Carrera se expuso que en el programa de la asignatura había un error, que éste había sido cometido por la secretaria, pues los contenidos que estaban escritos en el programa no correspondían a los contenidos de esa asignatura. Ya que los estudiantes exigían un apego estricto al reglamento, se decidió impartir el programa que se les había indicado, aunque éste fuese erróneo. Se decidió asimismo un cambio de docente en la dictación de esta asignatura. Además, se resolvió retomar el trabajo de actualización de la malla curricular iniciado en el Claustro del 2007.

Entre tanto, los estudiantes convocan a una movilización, decretando que las clases a partir del cuarto bloque serían suspendidas. En lugar de ello los estudiantes realizarían asambleas diarias a las 12 horas para poder resolver el conflicto de manera satisfactoria. La movilización de los estudiantes continúa y el Consejo comienza a evaluar el malestar estudiantil. Sorprende la forma de reaccionar en contra de los profesores Juan Podestá y Francisco Pinto. Se reaccionó inmediatamente apoyando a ambos. Se envió una carta en este sentido.

Frente a los requerimientos más formales de los estudiantes se determinó dar respuesta a sus peticiones mediante una carta. La segunda acción fue intentar conversar con sus representantes a fin entablar un diálogo; para ello se nombraron a los profesores Vivian Gavilán, Víctor Guerrero y Jorge Vergara. Los estudiantes envían otra carta a los académicos, pidiéndoles una respuesta concreta en una fecha y a una hora determinada. El consejo determinó entregarla por escrito, para lo cual se ofrecieron los profesores Jorge Vergara y Francisco Pinto. Ese día, a las 12 horas, los estudiantes llegaron al Departamento a buscar la respuesta. Sin embargo la carta no estaba ahí a esa hora, debido a una descoordinación que se había producido entre los dos académicos que habían estado a cargo de la redacción de esta carta.
Los estudiantes esperaban que los profesores respondieran a la hora señalada. Como no la encontraron les causó molestia y fue interpretado por ellos como un signo de despreocupación por parte de los académicos. Este episodio contribuyó a entorpecer aún más el diálogo entre estudiantes y académicos, aumentando el descontento entre los estudiantes.

En razón de que los académicos no daban respuestas concretas en sus cartas a las peticiones de los estudiantes, éstos deciden tomarse el Departamento de Ciencias Sociales. Sus peticiones se orientan a la salida del profesor Juan Podestá y a la renuncia del profesor Francisco Pinto como Jefe de Carrera y el Profesor Víctor Guerrero como Encargado de Docencia. Estas exigencias junto con el estilo empleado fueron vistas en Consejo de Departamento. Si bien no se podía aceptar la salida de los dos profesores, había que buscar una forma de retomar el diálogo.

Puesto que el Director del Departamento declara que las exigencias de deponer de sus cargos a los académicos de la carrera no son de su competencia, los estudiantes asumen que las autoridades universitarias son las personas que tienen la competencia para ello. Los estudiantes argumentan que el profesor Francisco Pinto había tenido en reiteradas ocasiones una mala evaluación estudiantil; además había incurrido en una falta reglamentaria al impartir un curso que no correspondía al perfil, lo que los llevó a cuestionar la administración de la carrera en general. La no respuesta esperada y un cuerpo académico sorprendido, llevaron a los estudiantes a formas no adecuadas de reaccionar. Estas hablaban de un profundo malestar por la ausencia de un reglamento claro, por la no aplicación de los reglamentos existentes, y por lo tanto con cierta arbitrariedad que para algunos docentes era preciso enfrentar. A pesar de ello, no se logró alcanzar un debate al respecto entre los académicos. Tampoco se llevó a cabo un análisis de situación de la carrera.

En medio de esta tensión, el Director del Departamento acepta la renuncia del Jefe de Carrera, el académico Francisco Pinto, y en su lugar nombra a la académica Vivian Gavilán, nombramiento que se llevó a cabo el día lunes 12 de mayo. A partir de este momento, los estudiantes están más dispuestos a dialogar, más no a deponer sus demandas. El día lunes 26 de mayo se llevó a cabo una reunión entre los estudiantes y el Director del Departamento, la Jefa de Carrera y el profesor Miguel Ángel Mansilla. En esta reunión se buscó escuchar a los estudiantes y comunicarles los acuerdos a los que se había llegado. En ésta plantean el análisis que hacen de la situación actual de la carrera. Entre los acuerdos se cuentan la suspensión de clases del profesor Francisco Pinto en las carreras del departamento de ciencias sociales y los cambios en la programación del semestre. Los estudiantes no estaban dispuestos a tranzar sus peticiones.
El 27 de mayo el Rector interrumpe las actividades académicas para que se realicen jornadas de reflexión de todas las carreras. Psicología se reunió, Trabajo Social se reunió, pero los estudiantes de Sociología no quisieron reunirse a participar en esta jornada.

En vista de que la situación de la carrera de sociología estaba afectando a los académicos de todo el departamento, se decidió de ahí en adelante convocar a consejo de departamento, en vez de convocar únicamente a consejo de carrera. Para resolver los conflictos y situaciones insalvables, se llevaron a cabo innumerables Consejos de Departamento: Miércoles 28 de mayo, lunes 2 de junio, martes 3 de junio, miércoles 4 de junio, jueves 5 de junio. A pesar de estas reuniones, no se logran avances. Paralelamente, el Director del Departamento sostiene varias reuniones con la Dirección de la Universidad.

Los estudiantes de sociología se tomaron el Departamento de Ciencias Sociales. La Dirección del Departamento se trasladó a las oficinas del Instituto Isluga. Días más tarde los estudiantes de sociología se tomaron el Isluga. La Dirección se trasladó al INTE. Días más tarde los estudiantes, esta vez de Trabajo Social, se tomaron el INTE. La Dirección del Departamento se trasladó a Psicología. Igualmente, días más tarde los estudiantes de Psicología se toman Psicología.
El día jueves 5 de junio la jefa de carrera fue convocada por los estudiantes a una reunión para evaluar la situación. En ésta demandan una respuesta satisfactoria. Se puso en debate las demandas de expulsión de dos profesores, y se puso el acento en abordar el problema desde otra óptica: había que mejorar el sistema existente al interior de la carrera de sociología, un sistema que reproducía irregularidades e impedía el mejoramiento de la docencia. Para corregir las irregularidades era necesario reglamentar las situaciones en las que existía un vacío legal. Los estudiantes continuaron expresando una gran desconfianza con el cuerpo de académicos y con la nueva jefa de carrera.

El lunes 9 de junio, los estudiantes convocan a los docentes para exponer una nueva forma de plantear sus demandas y sus términos para bajar el conflicto. Los estudiantes afirman que no bajaran la toma hasta que se redacte un reglamento interno para la carrera de sociología, reglamento que debía ser elaborado entre académicos y estudiantes. Para ello, los estudiantes exponen en forma clara y precisa, a través de un power point (ver anexo) cuáles eran los problemas concretos en la carrera y que ellos exigían que se solucionase ahora. Los académicos debatimos ampliamente sobre estos puntos y aceptamos lo que los estudiantes nos proponían: redactar en conjunto el reglamento interno. Cabe destacar que en esta reunión estaban presentes casi todos los académicos de la carrera de sociología e incluso profesores hora. Los académicos que asistieron a esta reunión fueron: El Director del Departamento Iván Valenzuela, la Jefa de Carrera Vivian Gavilán, Patricia Varela Sergio González, Sandra Leiva, Antonia Santos, Bernardo Guerrero, Víctor Guerrero, Leonor Quinteros, Miguel Ángel Mansilla, Alejandro Bell, Alberto Viveros.

Algunos académicos solicitaron a los estudiantes que se bajara la toma, para poder así trabajar más efectivamente en los reglamentos, pues se tendría acceso a los espacios de trabajo, computadores e impresoras, todos ellos necesarios para un trabajo más efectivo con miras a la redacción del reglamento interno de la carrera de sociología. Los estudiantes accedieron a bajar la toma, con la condición de que se mantuviera el paro. La idea de mantener el paro fue pensada para que tanto académicos como estudiantes trabajasen en el reglamento de la carrera con dedicación de jornada completa.

Los estudiantes establecen otra condición para deponer la toma: un documento firmado por el Director del Departamento, la Jefa de Carrera, el Rector, el Vicerrector y los estudiantes, en el que se consignen todos los acuerdos hasta ahora adoptados y los compromisos que el Departamento de Ciencias Sociales adquiere ante los estudiantes. Para la elaboración de esta carta compromiso se toma como base un documento que la académica Sandra Leiva había enviado la semana anterior, el día miércoles 4 de junio, a los académicos del Departamento de Ciencias Sociales. Este documento es retomado entonces y completado por los académicos Vivian Gavilán, Antonia Santos, Patricia Varela, Leonor Quinteros y Miguel Ángel Mansilla. Esta carta compromiso es entregada a los estudiantes y firmada por todas las autoridades requeridas el día miércoles 10 de junio.

El mismo día 10 de junio los estudiantes entregan las dependencias del Departamento de Ciencias Sociales. Además, ese mismo miércoles 10 de junio, a las 17 horas, hubo una reunión entre estudiantes y académicos para acordar una planificación general del trabajo conjunto. Se establecieron 5 comisiones de trabajo, y se dispuso la participación en ellos de estudiantes y académicos. Las comisiones que se establecieron, así como los docentes que se asignaron a cada comisión, son los siguientes:
Propuesta de Comisiones

  1. Comisión deberes y derechos de los estudiantes:
Leonor Quinteros; Bernardo Guerrero; Pablo García; Hugo Romero
Estudiantes:
Andrea Vásquez
Andrés Carmona
Alán Saenz


  1. Comisión deberes y derechos de los académicos:
Miguel Ángel Mansilla; Jorge Vergara; Alejandro Bell 
Cedrik Trujillo
Takuri Espinoza
Jennifer Alvárez

  1. Ingreso, egreso y avance curricular:
Sandra Leiva; Iván Valenzuela; Patricio Rivera
Maria Paz Matus
Rodolfo Meriño
Juan Pablo Fernández

  1. Titulación y prácticas:
Patricia Varela; Antonia Santos; Luis Viveros
Mónica Carvajal
Isidora Palma

  1. Asignación docente
 Vivian Gavilán, Víctor Guerrero, Sergio González
Carlos Salas
Cristian Cancino
Francisco Lucero

De esta forma se llevaron a cabo diversas reuniones de trabajo (comisiones de trabajo y las plenarias) entre el día jueves 11 de junio y el viernes 20 del mismo mes. Durante este tiempo se trabajó intensamente en comisiones y plenarias lográndose varios productos de gran importancia en la administración de la carrera. El día viernes 20 de junio académicos y estudiantes acuerdan la redacción de un informe que consigne los trabajos realizados así como las tareas pendientes. Estudiantes y académicos asumen diversas tareas para la elaboración de este informe. En razón de que los estudiantes observaron el compromiso de los académicos con los acuerdos y las confianzas comenzaron a reestablecerse, las clases se reanudaron el día lunes 23 de junio. El día miércoles 25 de junio se realizó otra reunión para recopilar los diversos documentos que estudiantes y académicos habían redactado para la preparación del informe.


Diario de una Movilización

LOS ESTUDIANTES HABLAN
La Emergencia del conflicto y la movilización de las y los estudiantes:

En el presente año 2008, la carrera de sociología ha pasado por uno de sus períodos de movilización más importante de los últimos años, ya que los y las estudiantes de nuestra carrera se cansaron de 18 años de acuerdos rotos, de las irregularidades que han mantenido a nuestra carrera bajo un manto de oscurantismo academicista.

En noviembre de 2007 se llevó a cabo un claustro en donde participaron tanto académicos como estudiantes de sociología. Esta instancia se realizó de forma pacífica y consensuada. Un proceso donde se diagnosticaron varias deficiencias de nuestra carrera, en cuanto a su administración y su coherencia académica, además de llegar a varios acuerdos en pro del mejoramiento de la misma.

Para esta instancia de movilización se escogió a mano alzada los representantes provisorios que llevarían adelante este proceso, en donde los y las estudiantes decidieron en asambleas realizadas, que no se agudizarían las medidas de presión en la movilización y que íbamos a acabar con todas las instancias regulares de negociación para cumplir las demandas.

Al comenzar el actual período académico 2008, lo acordado y firmado en las movilizaciones del 2007 no se cumplió, tampoco se cumplieron los acuerdos y tareas con los que se había comprometido la administración de nuestra carrera.

Paralelamente a esto la organización estudiantil de Sociología trataba de levantar un nuevo Centro de Estudiantes, ya que era de vital importancia retomar las movilizaciones además de levantar una organización en nuestra carrera a nivel estudiantil, ya que en los últimos años ha sido desordenada y desmovilizada. Este proceso de participación estudiantil comenzó precisamente a gestarse el año pasado, sin embargo los y las estudiantes de la carrera no habían logrado llegar a un consenso respecto a la elección y representatividad de los centros de estudiantes, por lo que desde comienzos del actual año se trató de realizar elecciones de CESO, en el mes de abril se levantó el TRICEL  y se propusieron dos listas, sin embargo y a pesar de que existían dos listas el proceso de elección no se llevó a cabo, ya que el día de las elecciones para la conformación del CESO, se interrumpió el proceso por motivos que no se detallarán aquí.

Luego de la interrupción del proceso eleccionario el día que se iban a realizar las votaciones, se realizó una nueva asamblea en donde se bajó una de las dos listas que se habían presentado, por lo cual el proceso quedó en manos del nuevo TRICEL, éste debía determinar la forma eleccionaria a seguir, según el nuevo escenario, es decir, con una sola lista presentándose al CESO.

El día 23 de abril, UNA CARTA FUE ENVIADA HACIA LA COMUNIDAD ESTUDIANTIL DE NUESTRA CARRERA Y HACIA RECTORIA, esta carta (anónima, pero firmada por la asamblea de Sociología), denunciaba una grave irregularidad detectada en el ramo de Metodología Cualitativa II, ésta acusaba al académico Juan Podestá de adulterar los contenidos del programa original de la carrera publicados en el SIGA. Esta carta desencadenó una serie de acontecimientos y de cuestionamientos hacia el funcionamiento y administración de la carrera, la cual generó un clima de descontento a nivel estudiantil y de crisis dentro del departamento de ciencias sociales, esto debido a la gravedad de la irregularidad denunciada.

El día 25 de abril se citó a una asamblea, en la cual se iba a tratar el conflicto derivado del envío de esta carta y la forma de elección del CESO que se había acordado realizar por parte del TRICEL. En esta asamblea se acordó que se iba a votar a mano alzada, (tal como fue el año 2007) debido a la urgencia de tener representantes que hicieran frente al conflicto inminente que se desprendía de la irregularidad cometida por el académico Juan Podestá (ilícito amparado por la administración de la carrera; director de departamento Iván Valenzuela, encargado de docencia Víctor Guerrero y jefatura de carrera Francisco Pinto).

El 25 de abril se escogió a mano alzada y luego de un arduo debate entre los y las estudiantes presentes en dicha instancia, se eligió a 5 representantes entre la asamblea. Estos cinco representantes fueron escogidos entre una amplia lista de compañeros y compañeras dispuestos a asumir los cargos y la coyuntura que se estaba dando en nuestra carrera, los cargos de éstos tenían el carácter de revocabilidad, es decir, que la asamblea podía decidir sacar del cargo a quienes no representaran o no cumplieran con los cargos asumidos. Los y las estudiantes escogidos[1] en esta asamblea fueron:

-CARLOS SALAS.
-DAMARIS ASTETE.
-CHRISTIAN CANCINO.
-ANDREA VÁSQUEZ.
-MAURICIO CARRASCO.

Desde esta fecha se inicia la movilización de sociología más larga y crítica que se ha realizado en nuestra carrera. Esta movilización se caracterizó por el fuerte y categórico cuestionamiento y rechazo a los académicos que históricamente habían y han estado detrás de todas las irregularidades y arbitrariedades detectadas y denunciadas por los y las estudiantes a lo largo de 18 años. La crítica y cuestionamientos expresados por los estudiantes que participaron activamente del proceso no es antojadizo ni arbitrario, sino que corresponde a años donde los derechos de los y las estudiantes han sido pisoteados por falta de reglamentación, transparencia, rigurosidad científica y académica, arbitrariedad y oscurantismo total en cuanto a la toma de decisiones dentro de la administración de la carrera.

El cuestionamiento y la exigencia de sanciones y de expulsión de los académicos involucrados en las irregularidades fue el motivo medular por el cual se levantó la organización estudiantil de sociología, ya que tras un año de negociación y de promesas sin cumplir analizamos que la estructura de nuestra carrera iba a seguir igual si es que no se tomaban medidas acerca de los académicos históricamente cuestionados y que son los principales responsables del mal funcionamiento de nuestra carrera.

Se inició la movilización el día 28 de abril con un paro de actividades, en donde se buscaba levantar una estrategia de movilización y levantar nuestras exigencias y demandas. Estas actividades tuvieron una resonancia importante entre los estudiantes, ya que se iniciaron jornadas de propaganda y de agitación.

Los y las estudiantes decidieron no negociar directamente con nuestro departamento (jefatura de carrera y dirección de departamento), por lo que se exigió a través de una carta la intervención inmediata en el conflicto por parte de rectoría. Se decidió esto, puesto que las instancias de negociación y de conversaciones con nuestro departamento se habían acabado y deteriorado, ya que las confianzas estaban muertas debido a las seguidas irregularidades detectadas y denunciadas.

EL PARO

El día 28 de abril se inició el paro en nuestra carrera. El mismo día en que se inició el paro, el Centro de Estudiantes, bajo aprobación de la asamblea, envió al consejo de carrera una carta en donde se exigía la destitución de los cargos académicos y la expulsión inmediata e irrevocable de los docentes: Juan Podestá y Francisco Pinto, los cuales habían infringido la probidad, la transparencia, del carácter científico de nuestra disciplina, provocando un daño moral y ético a toda la carrera de Sociología.

Este daño inmenso e irreversible lo podemos constatar en las siguientes irregularidades:
1. Alteración del Programa de Asignatura Vigente de la UNAP, en cuanto a la entrega fraudulenta de un programa de asignatura, el cual no se condice con el programa oficial de la universidad.
2. Trasgresión del Reglamento Institucional y Docente de la Universidad Arturo Prat.

El martes 29 de abril el centro de Estudiantes, tras la realización de una asamblea, dio respuesta a la seudo solución que el departamento de Ciencias Sociales había hecho al estudiantado. Se rechazó la propuesta de nombrar al profesor Jorge Vergara como coordinador del ramo a impartirse en forma colegiada y conforme al programa original.

En estos días de paralización se logró que el profesor Juan Podestá renunciara a la cátedra de Metodología Cualitativa II, sin embargo el consejo de carrera no acordó tomar ninguna medida sancionaría con respecto a los académicos que estaban siendo cuestionados e increpados por los y las estudiantes.

El día 12 de mayo, y con la asistencia de 32 estudiantes en la asamblea, se decidió en votación y luego de una ardua discusión entre los y las miembros de nuestra asamblea agudizar el conflicto, por lo que decidimos como medida de presión tomarnos el Departamento de Ciencias Sociales.

LA TOMA

La toma de sociología se extendió por un mes desde el 12 de mayo hasta el miércoles 11 de junio. El día 12 de mayo a las 18:00hrs, en nuestro primer día en toma, se sostuvo la primera conversación con rectoría, representada en esta instancia por la Directora de Docencia Verónica Frías y Don Carlos Muñoz, Director de Asuntos Estudiantiles. En esta oportunidad los estudiantes diagnosticamos el mal estado en que se encontraba la carrera, de lo cual se desprendió la urgencia de renovar el plantel académico que no era otra cosa que sacar de la carrera de sociología a los profesores que no cumplen con el perfil académico y científico que nosotros(as) necesitamos para mejorar el nivel de docencia y de investigación.

Tras esta reunión se recalcó por parte del estudiantado el total rechazo a seguir dialogando y negociando con la dirección del departamento (Iván Valenzuela), ya que el Director se había declarado incompetente e incapaz de dar solución a las exigencias que estábamos planteando, por lo cual se dejó en claro que nuestra intención era solucionar el conflicto directamente con Rectoría, ya que la contratación y expulsión de académicos o administrativos pasa directamente por esta instancia.

El día martes 13 de mayo se redactó nuestro petitorio, que no era más que la exigencia de:
  1.  La intervención inmediata del Departamento de Ciencias Sociales (no mediación) por parte de la Rectoría.
  2. Destitución del cargo de Director del Departamento de Ciencias Sociales, académico Iván Valenzuela.
  3. Expulsión del Académico Históricamente mal evaluado Juan Podestá
  4. Expulsión del Académico Históricamente mal evaluado Francisco Pinto
  5. Expulsión del académico Iván Vera Pinto
  6. Destitución del Cargo de Jefe de Docencia Víctor Guerrero
  7. Destitución del ramo de Teoría sociológica II al profesor Bernardo Guerrero.

A partir de esta fecha se llevaron a cabo diversas reuniones todos los días con los directivos de Rectoría. La negociación con Rectoría estuvo en una primera instancia en manos de la encargada de docencia Verónica Frías, sin embargo las conversaciones fracasaron, es decir, no llegamos a acuerdo debido a la negación desde un comienzo, por parte de Rectoría, de expulsar o destituir a los académicos aludidos en el conflicto.

Ya que no se llegó a acuerdo con la dirección de docencia, llegamos a enfrentar el conflicto directamente con el Vicerrector y luego con el Rector. En todo este tiempo la Rectoría solicitó al CESO reestablecer las conversaciones con la Dirección del Departamento de Ciencias Sociales, la cual había sido deslegitimada por parte de los estudiantes y del CESO, ya que el director Iván Valenzuela nunca cumplió con los compromisos adquiridos ante los estudiantes a la hora de tomar el cargo de Director del Departamento, al contrario su gestión ha sido también cuestionada durante todo el conflicto, debido a la incapacidad de éste de dar soluciones y sanciones.

El día 23 de mayo se sostuvo una reunión con el Rector Gustavo Soto, quien nos planteó que él le daba todas las atribuciones al Director de Departamento (Iván Valenzuela) para solucionar el conflicto, esto implicaba volver a negociar con el Departamento y dejar a un lado la exigencia de destitución de cargo de Director de Departamento. Esta moción fue aceptada. Luego de este acuerdo con Rectoría, el conflicto volvió a quedar en manos del Director de Departamento.

Paralelamente a nuestra movilización y en un contexto nacional marcado precisamente por la crisis en la educación chilena, la toma de sociología sirvió como ejemplo para que otras carreras se tomaran sus respectivos departamentos en función a las demandas internas de cada una de ellas. La toma de Sociología al ser la primera en la universidad y la más larga en cuanto a la duración del conflicto, significó para la institución una amenaza y un punto de conflicto que debían solucionar, ya que a medida que pasaban los días más estudiantes se movilizaban, ya sea por demandas internas o para apoyar las tomas y paros que se estaban realizando a nivel nacional en contra de la LGE y el lucro en la educación chilena.

Nuestra movilización en las dos primeras semanas en toma estuvo marcada por la programación de actividades para incentivar la participación de los y las estudiantes, se hizo un programa de radio “Radio Toma”, se hicieron campañas de información en conjunto con la carrera de Pedagogía en lengua castellana, (quienes fueron la segunda carrera en tomarse su departamento) campañas de propaganda, actividades de recreación en las noches, foros, debates y discusiones por el día, etc. Denunciamos públicamente las irregularidades detectadas en la administración de nuestra carrera, así como también denunciamos la crisis general del sistema educacional chileno, marcado por el lucro y la mala calidad, sin embargo y a pesar del contexto de movilización, nuestra carrera sólo levantó las demandas internas, no nos plegamos al petitorio general de la universidad.

La semana del 25 de mayo estuvo caracterizada por la intromisión de Iván Valenzuela al conflicto, el cual debía terminar lo antes posible, según Rectoría, ya que esta toma derivó y ha derivado en una crisis interna como hace años no se vivía en la carrera de sociología. En esta tercera semana de conflicto nuestras demandas se habían reducido específicamente a dos puntos:
-La destitución del académico Juan Podestá.
 -La destitución del académico históricamente mal evaluado Francisco Pinto.

Éste último ya había renunciado al cargo de jede de carrera, sin embargo seguiría haciendo clases a pesar de ser cuestionado varias veces por el estudiantado, tanto en su calidad como académico como también por la pésima gestión de su cargo, el cual estuvo involucrado en varias irregularidades, como la adulteración de los programas de asignaturas, la asignación arbitraria y bajo intereses políticos partidistas del Consejo Asesor Externo, el cual estuvo conformado casi en su totalidad por militantes del PPD, el incumplimiento de los acuerdos pactados en el 2007, entre otros.

El miércoles 28 de mayo y después de tres días de negociación con el Director de Departamento, nos dieron a conocer la respuesta por parte del consejo de carrera a nuestras demandas. Esta carta acordó lo siguiente:
-          El académico Juan Podestá sería designado para hacer clases en las carreras de Trabajo Social y Psicología, y aceptaría a partir de este momento no seguir haciendo clases en nuestra Carrera.
-          El académico Francisco Pinto no impartirá docencia en el Departamento de Ciencias Sociales y cumplirá con sus obligaciones académicas en los Cursos de formación general coordinados por la Dirección general de Docencia. Cumplirá sus obligaciones además en otros ámbitos a determinar por la universidad.
-          Existe el compromiso formal de que la asignación de académicos desde ahora en adelante quedará bajo la coordinación del Consejo de Carrera.

Esta fue la propuesta que se hizo formalmente a la asamblea de sociología. La respuesta era difusa y poco específica, por lo tanto la asamblea luego de días de discutir la orientación que debía seguir el conflicto, debido a la negación del departamento y de la universidad a despedir o expulsar a estos académicos, teníamos que analizar la propuesta. Después de dos días de discusión entre los y las estudiantes que estaban participando activamente del conflicto se acordó precisar más aún la respuesta ambigua entregada por Iván Valenzuela, además de poner otras clausuras acordadas en asamblea.

El día lunes 2 de junio el Centro de estudiantes de nuestra carrera entregó el pre acuerdo con copia a rectoría y al consejo de carrera.

El día miércoles 3 de junio, en una reunión extraordinaria, Carlos Salas, Cristian Cancino, y Andrea Vásquez, los tres integrantes del Centro de Estudiantes, nos juntamos con el Vicerrector José López y la encargada de docencia María Verónica Frías a conversar sobre la respuesta de los estudiantes a la carta enviada por el Director de nuestro departamento. A dicha reunión no asistió Iván Valenzuela, por lo que la discusión se basó en revisar nuestra respuesta. Rectoría frente a la ambigüedad de la respuesta entregada a los y las estudiantes aceptó algunas consideraciones. Se desprendía que Juan Podestá no iba a dictar más clases en nuestra carrera, a lo cual el CESO condicionó el nunca más.  Sin embargo esta conversación no fue definitiva, ya que se necesitaba de la presencia de Iván Valenzuela.

El jueves nos reunimos con rectoría en presencia de Iván Valenzuela. En esta ocasión el académico y director del departamento de ciencias sociales negó el pre acuerdo realizado con el CESO, acuerdo firmado y timbrado por el aludido. En él, Iván Valenzuela delegó toda la responsabilidad en la nueva jefatura de carrera, la cual debía velar porque se cumplieran los acuerdos y para que se asignaran las cátedras según las capacidades de los académicos. Sin embargo el CESO increpó y cuestionó una vez más el desempeño del director, ya que le dieron la responsabilidad de solucionar un conflicto sin embargo no estaba dando ninguna solución. En esta reunión se rompieron una vez más las relaciones con la dirección de nuestra carrera y con rectoría. El conflicto quedó en un punto muerto, ya que no había voluntad por parte de la institución de escuchar lo que el estudiantado de la carrera demandaba.

Hasta la fecha llevábamos 4 semanas en toma más dos semanas de paro, los ánimos por parte de los y las académicos-as del departamento y en especial de la carrera de sociología, era de tensión e incertidumbre, el funcionamiento del consejo de carrera era incierto, las decisiones se estaban tomando a escondidas y en el proceso habían serios problemas de comunicación, los profesores hora se acercaban al estudiantado para saber qué estaba pasando, cuáles eran nuestras demandas y por qué nos movilizábamos. Los comentarios de que se iba a cerrar la carrera, de que íbamos a perder el semestre se expandían entre los-as estudiantes y académicos-as. Las relaciones entre los-as estudiantes y los-as académicos-as era de desconfianza, ya que aquellos docentes que no estaban siendo cuestionados no manifestaron su opinión hasta la última semana en que nos movilizamos, nadie sabía con exactitud en qué iba el conflicto, el desgaste de estar más de un mes en toma se estaba manifestando en la presión que ejercía la dirección del departamento para terminar con el conflicto.

La asamblea de Sociología no participó de los consejos de carrera en este período de conflicto, ya que habíamos desacreditado este consejo desde el inicio de las movilizaciones, por lo que la comunicación con la nueva jefatura de carrera (Vivian Gavilán[2]) era nula, de hecho sólo nos reunimos una sola vez con Vivian G, Iván Valenzuela y el profesor Miguel Mansilla, el cual había sido designado como profesor ayudante de la jefatura[3].

Bajo este clima de tensión se terminaba la cuarta semana de toma. El día viernes 6 de junio se realizó, la que se creía por parte de los-as estudiantes, la última instancia de negociación con la Universidad; se citó para ese día a los directivos principales de rectoría[4] y de la dirección del Departamento de Ciencias Sociales, ese día se solicitó por parte del CESO la asistencia del académico Juan Podestá, pero el aludido no asistió. La particularidad de esta reunión es la participación de la asamblea de estudiantes, la cual manifestó durante toda la reunión las razones de por qué nosotros no queríamos que el académico Juan Podestá siguiera haciendo clases en la carrera de Sociología, cada nivel, desde primero a quinto, incluyendo egresados, increpó a la rectoría y a la defensa corporativa que se estaba haciendo a la persona de Juan Podestá, la discusión entre los-as estudiantes y la rectoría con el Departamento de Ciencias Sociales se tornó aguda y conflictiva, ya que ninguna de las partes involucradas cedió su posición. Las autoridades no escucharon la voz y los argumentos de los-as estudiantes, su postura era clara y definitiva, ésta era que el académico Juan Podestá volvería a hacer clases en la carrera a partir del próximo año, además éste y los demás académicos debían someterse a la nueva asignación docente que quedaba determinada por el nuevo consejo de carrera y los-as estudiantes. La postura presentada por rectoría e Iván Valenzuela causó la indignación del estudiantado, el cual abandonó la reunión sin llegar a ningún acuerdo y con la confianza una vez más violentada por parte de nuestro Director de Departamento hacia los-as estudiantes que pensábamos que en esta ocasión se terminaría el conflicto.

Luego de esta reunión y en un acto de cólera, los-as estudiantes tomamos las pertenencias del académico aludido y las trasladamos hacia rectoría en un acto de protesta en contra de quienes defienden las irregularidades cometidas por todos los- as académicos involucrados en el conflicto. Así termino la cuarta semana en toma, con las relaciones completamente deterioradas y los ánimos rotos.


LA ÚLTIMA SEMANA DE TOMA.

Los últimos días en toma fueron decisivos, ya que se tenía que decidir cuál iba a ser el curso de la movilización, por una parte el tiempo apremiaba debido a que llevábamos más de un mes en el conflicto y el desgaste y las presiones pesaban por sobre el centro de estudiantes, por otra parte las conversaciones, tanto con rectoría como con el departamento habían fracasado, es decir, que no iban a destituir al académico Juan Podestá.

En esta semana llegó a Iquique la nueva jefa de carrera Vivian Gavilán. La citamos en asamblea para conversar y ver su posición en el conflicto, reflexionamos hacia dónde íbamos y las razones por la cual orientamos nuestros esfuerzos en sacar a los docentes cuestionados de la carrera.

Era hora de definir la orientación de nuestra movilización y las acciones a seguir. El panorama era complejo. O continuábamos en el conflicto y lo agudizábamos con otras acciones o continuábamos, pero con una estrategia diferente que nos permitiera acercarnos a los-as docentes que se habían mantenido al margen del conflicto, o nos bajábamos definitivamente de la toma con lo que teníamos y nada más.

Decidimos llamar a un consejo ampliado entre todos los-as profesores-as de la carrera y los-as estudiantes. El día lunes 9 de junio nos reunimos los dos estamentos involucrados en el conflicto, en esta ocasión el CESO expuso una breve reseña del conflicto y una nueva interpretación acerca de la problemática que enfrentábamos como carrera.

Como entendimos que no era posible sacar al profesor cuestionado, debido al peso político que éste tiene en la universidad y a la fuerte defensa que se hizo hacia su persona, decidimos orientar la discusión al por qué ocurrían tantas irregularidades y arbitrariedades en nuestra carrera. Concluimos que ésta carecía de normativas y un reglamento que permitiera la designación de las cátedras de forma eficiente así como varios otros vacíos detectados. En este ampliado asistieron gran parte de los-as docentes de nuestra carrera, se discutió arduamente después de la exposición realizada por el CESO y se acordó finalmente que era necesario construir un mecanismo que no permitiera que siguieran sucediendo hechos como los denunciados durante el conflicto.  Se concensuó la creación de un nuevo reglamento interno de carrera con la participación de los-as estudiantes y de los-as académicos, quienes ese día se comprometieron, en su totalidad, a trabajar en pro del mejoramiento de  nuestra carrera.

Al finalizar esta reunión los-as estudiantes nos quedamos reunidos en asamblea para decidir si seguiríamos la movilización en toma o si bajábamos la toma a un paro de actividades, tal como lo habían sugerido los-as profesores-as. Se discutió los pro y los contra de cada opción y luego se llevó a cabo una votación a mano alzada. En esta votación la mayoría de la asamblea decidió bajar la toma a un paro, durante este paro se llevaría a cabo un trabajo en conjunto con los-as profesores-as, sin embargo la toma se bajaría siempre y cuando se firmara un acuerdo entre rectoría, el estudiantado y las autoridades de nuestra carrera. Este acuerdo tenía que llevar los puntos ya logrados durante la movilización. Mientras no se firmara el documento la toma no se bajaría.

El día miércoles 11 de junio se firmó el acuerdo. Este documento quedo firmado por las autoridades de la universidad, de la carrera y el CESO 2008.


LA BÚSQUEDA DE UN CAMINO DIFERENTE

En las siguientes semanas se llevó a cabo un proceso de construcción y reconstrucción de nuestra carrera. En el nuevo escenario participaron tanto los estudiantes como los-as académicos-as. Sin embargo es preciso señalar que no todos lo profesores trabajaron, todos se comprometieron pero al final sólo una minoría trabajó. Los académicos que participaron activamente fueron principalmente Vivian Gavilán, Sandra Leiva, Antonia Santos, Miguel Ángel Mansilla, Patricia Varela, Sergio González, Patricio Rivera, Leonor Quinteros, Jorge Iván Vergara y Alejandro Bell.

Este nuevo escenario estuvo caracterizado por la participación efectiva de los-as estudiantes en las decisiones que se han tomado desde el día en que se bajó la toma, la construcción del nuevo reglamento de carrera se llevó a cabo a través de la conformación de cinco comisiones, las cuales estaban integradas por ambos estamentos. Luego se realizaron plenarios en donde se discutía en forma ampliada las proposiciones de cada comisión.

La tarea fue avanzar en los compromisos asumidos. Los representantes del CESO redactan una carta al profesor Juan Podestá pidiendo disculpas por proceder de manera indebida con sus objetos personales.

Creemos necesario, para el buen avance de la carrera y de la ciencia como tal, la promoción de un pensamiento crítico, de una conciencia reflexiva y de una acción comprometida y sin miedos. Este último fue lo que más nos jugó a favor, la pérdida del miedo y la emancipación de nuestras capacidades motivó y creó la confianza necesaria para establecer una buena y fuerte organización en donde cada uno de los asistentes era una voz necesaria y un elemento propositito y crítico.


[1] Es importante señalar que en el conflicto, y por razones que no se detallarán en este documento, de los cinco representantes escogidos sólo tres siguieron hasta el final del proceso; Carlos Salas, Christian Cancino y Andrea Vásquez.
[2] Cabe recordar que la nueva jefa de carrera Vivian Gavilán tuvo que ausentarse por lo menos 8 días de la ciudad, por lo que se perdió gran parte del conflicto.
 solo una vez nos reunimos con la jefatura de carrera y en aquella ocasión no se acordó nada con ella.
[3] El profesor fue designado para ayudar a la nueva jefatura de carrera, sin embargo el docente renunció a este cargo, por razones de contrato y de discrepancias con la dirección de departamento, en relación a cómo se estaba manejando el conflicto.
[4] Estaba presente en esa ocasión el Rector Gustavo Soto,  Vicerrector José López, Directora de docencia Verónica Frías, Encargado de Finanzas Héctor Varas y el director del Departamento de Ciencias Sociales Iván Valenzuela.

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